La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, citó hoy, al hablar en un seminario organizado por la ONU, el acuerdo de control nuclear que su país firmó con Argentina como un modelo a ser imitado por el resto del mundo y exhortó a las potencias a eliminar sus arsenales atómicos.“Nuestra seguridad nuclear está marcada por una obra de gran dimensión, una obra de diplomacia regional única, la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares que este año cumple 20 años”, resaltó Rousseff.Y explicó que ese acuerdo con Argentina, país con el cual hubo una corrida nuclear en los años 70, se enmarca en “el compromiso de Brasil con el uso pacífico y seguro de la energía nuclear, que es irreversible y está expresado en nuestra Constitución Federal” sancionada en 1988.Lo hizo al hablar ante el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y jefes de Estado participantes en la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Nuclear celebrada en Nueva York, una de las últimas actividades de Rousseff, que ayer abrió las sesiones de la Asamblea General, antes de retornar a Brasil.La Jefa de Estado recordó que “en América Latina y el Caribe, por el Tratado de Tlatelolco, está prohibido el uso no pacífico de energía nuclear, somos por lo tanto, una de las mayores áreas del mundo libre de armas nucleares, y, por eso, un modelo para la paz y seguridad mundiales”.Tras haber invocado a su país y Latinoamérica como ejemplos a ser seguidos por la comunidad internacional, Rousseff manifestó críticas severas hacia los países dotados de arsenales atómicos.Al respecto sostuvo que ese grupo de naciones con poder nuclear bélico expresan un orden internacional en su opinión obsoleto, retomando un argumento sostenido en su alocución del miércoles en la Asamblea, cuando demandó cambios en el Consejo de Seguridad de la ONU que traduzcan el peso de los países emergentes y, al mismo tiempo, la incorporación de Brasil como miembro pleno.Brasil ha objetado en la ONU, y en otros foros como el G20, que los cinco países con sillones fijos en el Consejo de Seguridad sean, a la vez, las mayores potencias atómicas.“Un mundo en el cual las armas nucleares son aceptadas será siempre un mundo inseguro, la posesión de esos arsenales por parte de algunas naciones crea, para ellas, derechos exclusivos, es un resabio de una concepción asimétrica del mundo, formada en la posguerra que ya deberíamos haber dejado en el pasado”, dijo Rousseff.
El discurso de este jueves no tuvo como eje principal el derecho de los países emergentes a desarrollar tecnología atómica con fines pacíficos, que había sido una de las banderas del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva durante su visita a Irán en 2010, lo cual motivó tensiones con el gobierno de Estados Unidos.
Antes de viajar a Nueva York para integrar la comitiva de Rousseff, el canciller Antonio Patriota dijo, en declaraciones que parecieron marcar diferencias con el gobierno anterior, que en la comunidad internacional hay “temor” sobre el posible uso bélico de la tecnología nuclear iraní.En tanto, Rousseff también citó hoy el “accidente de Fukushima (Japón), el cual reforzó la percepción de que no podemos ser complacientes en materia de seguridad nuclear”.“En una reciente reunión de la Agencia Internacional de Energía Atómica debatimos el refuerzo de la seguridad en el marco de los acuerdos internacionales”, comentó Rousseff y consignó que en su país se han redoblado las medidas para impedir accidentes.Sin embargo, la organización ambientalista Greenpeace presentó un informe hace dos meses en el que asegura que el complejo de usinas nuclears Angra I y Angra II, en Rio de Janeiro, es vulnerable y carece de medidas de seguridad ajustadas a los estándares internacionales.Brasil planea la construcción de al menos otras 4 centrales atómicas en hasta 2020, según lo afirmó, luego del accidente en Japón, el ministro de Energía.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, citó hoy, al hablar en un seminario organizado por la ONU, el acuerdo de control nuclear que su país firmó con Argentina como un modelo a ser imitado por el resto del mundo y exhortó a las potencias a eliminar sus arsenales atómicos.“Nuestra seguridad nuclear está marcada por una obra de gran dimensión, una obra de diplomacia regional única, la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares que este año cumple 20 años”, resaltó Rousseff.Y explicó que ese acuerdo con Argentina, país con el cual hubo una corrida nuclear en los años 70, se enmarca en “el compromiso de Brasil con el uso pacífico y seguro de la energía nuclear, que es irreversible y está expresado en nuestra Constitución Federal” sancionada en 1988.Lo hizo al hablar ante el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y jefes de Estado participantes en la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Nuclear celebrada en Nueva York, una de las últimas actividades de Rousseff, que ayer abrió las sesiones de la Asamblea General, antes de retornar a Brasil.La Jefa de Estado recordó que “en América Latina y el Caribe, por el Tratado de Tlatelolco, está prohibido el uso no pacífico de energía nuclear, somos por lo tanto, una de las mayores áreas del mundo libre de armas nucleares, y, por eso, un modelo para la paz y seguridad mundiales”.Tras haber invocado a su país y Latinoamérica como ejemplos a ser seguidos por la comunidad internacional, Rousseff manifestó críticas severas hacia los países dotados de arsenales atómicos.Al respecto sostuvo que ese grupo de naciones con poder nuclear bélico expresan un orden internacional en su opinión obsoleto, retomando un argumento sostenido en su alocución del miércoles en la Asamblea, cuando demandó cambios en el Consejo de Seguridad de la ONU que traduzcan el peso de los países emergentes y, al mismo tiempo, la incorporación de Brasil como miembro pleno.Brasil ha objetado en la ONU, y en otros foros como el G20, que los cinco países con sillones fijos en el Consejo de Seguridad sean, a la vez, las mayores potencias atómicas.“Un mundo en el cual las armas nucleares son aceptadas será siempre un mundo inseguro, la posesión de esos arsenales por parte de algunas naciones crea, para ellas, derechos exclusivos, es un resabio de una concepción asimétrica del mundo, formada en la posguerra que ya deberíamos haber dejado en el pasado”, dijo Rousseff.
El discurso de este jueves no tuvo como eje principal el derecho de los países emergentes a desarrollar tecnología atómica con fines pacíficos, que había sido una de las banderas del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva durante su visita a Irán en 2010, lo cual motivó tensiones con el gobierno de Estados Unidos.
Antes de viajar a Nueva York para integrar la comitiva de Rousseff, el canciller Antonio Patriota dijo, en declaraciones que parecieron marcar diferencias con el gobierno anterior, que en la comunidad internacional hay “temor” sobre el posible uso bélico de la tecnología nuclear iraní.En tanto, Rousseff también citó hoy el “accidente de Fukushima (Japón), el cual reforzó la percepción de que no podemos ser complacientes en materia de seguridad nuclear”.“En una reciente reunión de la Agencia Internacional de Energía Atómica debatimos el refuerzo de la seguridad en el marco de los acuerdos internacionales”, comentó Rousseff y consignó que en su país se han redoblado las medidas para impedir accidentes.Sin embargo, la organización ambientalista Greenpeace presentó un informe hace dos meses en el que asegura que el complejo de usinas nuclears Angra I y Angra II, en Rio de Janeiro, es vulnerable y carece de medidas de seguridad ajustadas a los estándares internacionales.Brasil planea la construcción de al menos otras 4 centrales atómicas en hasta 2020, según lo afirmó, luego del accidente en Japón, el ministro de Energía.
Antes de viajar a Nueva York para integrar la comitiva de Rousseff, el canciller Antonio Patriota dijo, en declaraciones que parecieron marcar diferencias con el gobierno anterior, que en la comunidad internacional hay “temor” sobre el posible uso bélico de la tecnología nuclear iraní.En tanto, Rousseff también citó hoy el “accidente de Fukushima (Japón), el cual reforzó la percepción de que no podemos ser complacientes en materia de seguridad nuclear”.“En una reciente reunión de la Agencia Internacional de Energía Atómica debatimos el refuerzo de la seguridad en el marco de los acuerdos internacionales”, comentó Rousseff y consignó que en su país se han redoblado las medidas para impedir accidentes.Sin embargo, la organización ambientalista Greenpeace presentó un informe hace dos meses en el que asegura que el complejo de usinas nuclears Angra I y Angra II, en Rio de Janeiro, es vulnerable y carece de medidas de seguridad ajustadas a los estándares internacionales.Brasil planea la construcción de al menos otras 4 centrales atómicas en hasta 2020, según lo afirmó, luego del accidente en Japón, el ministro de Energía.
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